EL PROYECTO HAARP
Parece un cuento de ciencia ficción, sin embargo, existe. Incluso en sus instalaciones hay días de puertas abiertas al público tratando de mostrar una dudosa transparencia.
Partamos de la base de que las técnicas de modificación artificial del clima existen. Muestra de ello son las compañías especializadas en esto con unos u otros fines.
En 1966, el profesor Gordon Mac Donald (miembro del comité científico del presidente) realizaría un comentario preocupante:
“La clave de la guerra geofísica está en identificar la inestabilidad ambiental que, sumada a una pequeña cantidad de energía, liberaría cantidades ingentes de la misma “.
Marc Filterman, ex oficial militar francés, esboza varios tipos de “armas no convencionales” que utilizan frecuencias radiales.Se refiere a “la guerra climática“, e indica que los Estados Unidos y la Unión Soviética ya habían acumulado los conocimientos especializados necesarios para desencadenar repentinos cambios climáticos (huracanes, sequías) a principios del decenio de 1980. (Intelligence Newsletter, 16 de diciembre de 1999)
HAARP son las siglas de High Frequency Active Auroral Research Program (Programa de Investigación de Aurora Activa por Alta Frecuencia).
Según la Web oficial de este Proyecto, http://www.haarp.alaska.edu/ HAARP se define como “primera herramienta para el estudio de la física ionosférica y la radio-ciencia“. El objetivo de este programa - según su Web oficial - es avanzar en el conocimiento de las propiedades físicas y eléctricas de la ionosfera terrestre que pueden afectar a nuestras comunicaciones y sistemas de navegación civiles y militares.
Según la versión oficial, las posibilidades del sistema HAARP son muchas. Por ejemplo puede hacer una especie de tomografía del subsuelo en busca de petróleo u otros minerales, para lo cual el Congreso le ha asignado un jugoso presupuesto. Además también se reconoce según la versión oficial que representa una herramienta eficaz de disuasión.
Su construcción fue financiada por la Fuerza Aérea de EE.UU., la Armada de EE.UU., y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada el brazo tecnológico del Pentágono (DARPA).
HAARP fue desarrollado como parte de una cooperación anglo-estadounidense entre Raytheon Corporation, que posee las patentes de HAARP, la Fuerza Aérea de EE.UU. y British Aerospace Systems (BAES). Con la participación principal de la Universidad de Alaska.
La modificación del clima, según el documento de la Fuerza Aérea de EE.UU. AF 2025 Informe Final, ‘ofrece al combatiente en la guerra una amplia gama de posibles opciones para derrotar o coercer a un adversario;’ sus capacidades, dice, se extienden a la provocación de inundaciones, huracanes, sequías y terremotos.
El programa está operativo desde principio de los 90 y la Estación de Investigación HAARP está localizada a, aproximadamente, 8 millas al norte de Gakkona, Alaska.
El Proyecto HAARP parte de la idea originaria de Tesla: poder transmitir potentes ondas electromagnéticas que se puedan reflejar en la ionosfera y, así, alcanzar grandes distancias.
HAARP es un emisor de ondas electromagnéticas que “bombardea” la atmósfera con ondas de radio usando un equipo de transmisión de alta frecuencia (HF) y un conjunto de 180 antenas.
Son doce las patentes que forman la médula espinal del proyecto HAARP.
Una de ellas, la número 4.686.605, del físico tejano Bernard Eastlund, hace referencia a un “método y un equipo para cambiar una región de la atmósfera, ionosfera y/o magnetosfera“.
Según el propio Eastlund, el suyo es “el mayor calefactor ionosférica jamás construido” y asegura que “su invento podría también controlar el clima”.
Esta información estuvo clasificada por orden expresa del gobierno durante todo un año.
El calentador ionosférico de Eastlund es diferente a otros conocidos hasta la fecha: la radiación de radiofrecuencias (RF) se concentra y enfoca en un punto de la ionosfera, consiguiendo proyectar una cantidad de energía sin precedentes, que puede alcanzar hasta los 10 Gigavatios !!!
Las microondas, según las variaciones de su intensidad, pueden tener diversos efectos biológicos.
Microondas de alta intensidad causan un efecto térmico (en grandes masas de agua - por ejemplo - o en cualquier objeto o ser vivo que contenga este elemento) que destruye las células vivas.
Microondas de intensidad media, causan el efecto no-térmico, que perturba la comunicación intercelular y neuronal. El estar expuesto a microondas de intensidad baja por larga duración, causa “electro-estrés”, es decir, propensión a enfermedades inmunológicas y cancerígenas.
Entre los efectos no-térmicos, las microondas pueden causar alteración del ritmo cardíaco, cansancio rápido, perturbación del sueño nocturno, sudoración elevada, sensación de vertigo, nerviosidad extrema, hormigueo en extremidades, perturbaciones generales del sistema nervioso vegetativo y de la función de los nervios cerebrales.
Chossudovsky, en 2005, afirmaba que pruebas científicas recientes revelaban que el HAARP estaba en total funcionamiento y tenía la capacidad de provocar posibles inundaciones, sequías, huracanes y terremotos.
Consideraba que:
“desde el punto de vista militar, es un arma de destrucción masiva que, potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras de una manera selectiva”.
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